Las heladas propias de estas fechas han llegado, con ellas la naturaleza nos recuerda las limitaciones de nuestra latitud y nos marca con rotundidad las propias del lugar y las exóticas que incorporamos una y otra vez, pero no nos resignamos y lo intentamos una y otra vez.
Como estas pobres capuchinas, de las que solo podemos disfrutar el mes de septiembre y octubre, antes por el calor y después por el frió.
A pesar de todo ello continuamos recolectando algunos frutos como los de la foto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario