Plantas silvestres que pueden cogerse en el campo en este momento

En esta época podemos encontrar en el campo una fina verdura muy utilizada en la España de economía autosuficiente de hace años. Ahora sólo las buscan con cierta nostalgia quienes hace años las buscaron por necesidad.
Su nombre cientifico es silene vulgaris y pertenece a la familia de las corofiliaceae.

Los tallos son subterráneos, estolones que van enraizando y extendiéndose hasta formar colonias más o menos grandes. Las hojas son lanceoladas con una longitud de 4 a 6 cm dependiendo de su frondosidad y abrazadas al tallo de donde parten por parejas, parecidas a los claveles que son de la misma familia.

Sus flores son de tamaño suficiente como para distinguirlas bien entre otras hierbas y tienen forma de campano de color blanco algo rosadas, dentro de las  cuales están las semillas negras en su maduración y que desaparecen pronto por acción de las hormigas.

Es el mejor método para buscar la planta a través de sus flores ya que cuando son tiernas no se ven fácilmente. Una vez localizadas, deberemos memorizar su ubicación para el año próximo.

Suelen criarse en las lindes, bordes de caminos, junto a troncos de olivas y lugares donde no hay otros cultivos. 

Por ser plantas vivaces permanecen durante varios años. Al recolectarlas hemos de tener la precaución de cortarlas para no arrancar los estolones, y mejor aún si dejamos algún brote para facilitar su propagación por semillas.

Esta planta es muy fácil cultivarla en el huerto. Recolectada la semilla se ponen en semillero en otoño o invierno y en la primavera siguiente nos habrán nacido una buena parte de ellas. Otras, como siempre, se reservarán para futuras temporadas y así asegurar su continuidad.

Las semillas tienen forma de riñón y una textura singular en su pericardio.

Se recolectan los brotes tiernos, se separan las hojas de los tallos, se lavan y se escaldan para ponerlas en tortilla, como menestra o  revueltas con huevo.