Así quedan suspendidas antes de caer, de un finísimo hilo como tela de araña, que se va estirando hasta romper.
Este aspecto tan estupendo tienen las semillas desprendidas de sus piñas, puede observarse el hilo blanco del que pendían.
Ahora solo falta que seque la pulpa, irá oscureciendo y aumentando ese olor picante que las caracteriza cuando se la retira con la uña para dejar libre la semilla, este será el momento de sembrarlas o mejor estratificarlas en arena húmeda, que observaremos con cierta frecuencia para ver el momento de la germinación y sembrarlas sin demora.
Si se estratifican dentro de una bolsa de plástico hay que airearla para oxigenar y evitar la pudredumbre, conviene ponerlas en lugar fresco para que no germinen antes de la primavera, evitando así las heladas.
Así he conseguido todos los magnolios que hay en el jardín y otros muchos que se quedaron en el camino, pero os recuerdo que no hay que tener prisa, va para años, pero no importa y para prisas hay otros arboles y muchas plantas. También os aseguro que producen mas emoción cuando dan la primera flor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario