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Cuando se llena la cesta donde dejamos el pan sobrante de cada día, me pongo a ello: empiezo por trocear los coscurros (mejor si se hace con el pan de 2 ó 3 días, que se corta mejor) y hago dados grandes (cuando es así hay que dejarlo secar para que no se enmohezca). Una vez seco lo pongo en bolsas de papel del mismo pan. Cuando me decido a hacer las migas, pongo los dados en la máquina, en la que coloco la cuchilla de agujeros más grandes; es parecida a un pasapurés, y así convierto el pan en migas, que paso por un colador para separar las más finas (que guardo como pan rallado) y las demás las pongo en un recipiente para utilizarlo como medida, así no fallo en las proporciones. El recipiente para las cantidades que voy a daros es de unos 3-4 litros. Hecha la medida las pongo en una bolsa de plástico que no tenga roturas ni agujeros. Por otro lado cojo un cacillo de 1/3 de litro que llenaré de agua y añado a esto 1-2 ajo machacado, una cucharada mediana de café con la sal, cucharada y media de buen pimentón de la Vera y un puñado de orégano los más aromático posible, lo remuevo y hecho sobre las migas procurando repartirlo lo mejor posible. Hecho esto cierro la bolsa con las migas húmedas y llena de aire, retuerzo la boca, doy varias vueltas y volteo durante un ratito, ya que así se homogeneiza la humedad. Lo guardamos un día como mínimo y pueden utilizarse poniendo en la sartén con un poco de aceite calentado previamente, a fuego medio, y moviéndolas continuamente para que queden igualadas. Cuando cambien de color, que ocurrirá en unos minutos, están listas para comer.
Troceado del pan, si no está seco dejar al aire.
Molienda del pan.
Migas de pan molido.
Los ingredientes necesarios preparados para poner en agua,
miga de pan, orégano, sal, ajos y pimentón.
Vertido sobre las migas y volteadas repetidas veces, quedan humedecidas por igual y listas para dejar al menos 24 horas, o varios días.
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